Análisis de la adaptación cinematográfica de Northanger Abbey, por Miguel Ángel Jordán.

Northanger Abbey, de Jane Austen, fue adaptada para la gran pantalla en el año 2007 por Jon Jones,  con Felicity Jones interpretando el papel de la inocente Catherine Morland.

Aunque gran parte del argumento se desarrolla en la ciudad de Bath, el impresionante Lismore Castle en Irlanda fue escogido para encarnar Northanger Abbey, la residencia de la familia Tillney. No es de extrañar que el largometraje estuviera nominado para recibir el premio IFTA a la mejor dirección fotográfica. La película se considera por los fans austenitas generalmente una muy buena adaptación, sin duda en gran parte por la fantástica interpretación de la actriz principal, y a las paródicas ensoñaciones de novela gótica reflejadas en la película de una forma tan visual.

Felicity Jones en un momento de repentino desvanecimiento novelesco aparentemente causado por hallarse junto a un roble.

Aquí publicamos un resumen de su análisis de la adaptación de la novela Northanger Abbey, ¡pero recomendamos altamente pinchar en el enlace que os dirigirá al PDF con el trabajo completo! A disfrutar.

ANÁLISIS DE LA ADAPTACIÓN CINEMATOGRÁFICA DE NORTHANGER ABBEY

Metodología del análisis

En primer lugar, intentaremos detectar tanto en el nivel de la historia como del discurso, una serie de operaciones retóricas de trasvase de un medio a otro. En lo referente a la historia, buscaremos adiciones narrativas, supresiones, condensaciones, redisposiciones de los acontecimientos, etc. Y haremos lo mismo en relación con el discurso, localizando variaciones sobre la voz narrativa, el punto de vista, los elementos descriptivos y demás asuntos pertenecientes a este nivel.

En segundo lugar, trataremos de justificar estas decisiones, que pueden deberse a razones de lenguaje y de conveniencia narrativa para la nueva forma cinematográfica, razones tecnológicas propias del nuevo medio, a la distancia temporal entre la obra literaria y la adaptación, cambios sociológicos, etc.

Por último, elaboraremos unas conclusiones en las que se valorará el grado de cortesía aplicado por el adaptador y los frutos del proceso de diálogo y reinterpretación.

Operaciones retóricas de trasvase en la adaptación cinematográfica.

A continuación ofrecemos un elenco de ejemplos en los que se pueden apreciar algunas de las diferencias existentes entre la novela y el guión de la película. Para no extendernos demasiado, hemos escogido el número de ejemplos que nos ha parecido pertinente para explicar los procesos que se han llevado a cabo y, posteriormente, ofrecer las razones que han justificado esos procesos.

(Para ver más ejemplos PINCHA AQUÍ y accederás al PDF completo)

Justificación de las operaciones retóricas realizadas durante el proceso de adaptación.

En este apartado trataremos de ofrecer una explicación que justifique los cambios introducidos en el guión para comprender mejor la actitud del adaptador, las razones de su actuación y su intencionalidad a lo largo del proceso.

Variaciones en la historia.

Adiciones.

Los ejemplos ofrecidos en este apartado han sido los únicos que se han podido localizar. Es decir, tan solo se han encontrado cuatro adiciones por parte del adaptador, aunque la primera de ellas (los sueños de Catherine) aparece en repetidas ocasiones a lo largo de la película.

El hecho de que el número de adiciones sea bastante bajo, nos lleva a pensar que el adaptador tan solo ha utilizado este recurso cuando lo ha estimado realmente necesario, por lo que cada uno de estos añadidos tiene un peso específico en el guión cinematográfico.

Una de las razones principales que encontramos para estas adiciones es que contribuyen a la ambientación y credibilidad de la historia.

En el caso de los sueños góticos de Catherine, es evidente que sustituyen a las descripciones psicológicas que podemos hallar en la novela y también al tono crítico, irónico y desenfadado con el que Jane Austen se refiere al carácter de la protagonista, su afición por las novelas góticas y su exceso de imaginación. Con este recurso, el guionista ha logrado introducir ese tono cómico y ligeramente erotizado con el que ha decidido envolver al personaje de Catherine Morland, en el que conviven una inocencia infantil con una imaginación desbordante en la que caben fantasías truculentas y ensoñaciones demasiado atrevidas para lo que cabría esperar de una dama como ella.

El baile entre Mr. Thorpe y Miss Morland, que no llega a producirse en la novela, acentúa el tan conocido recurso del triángulo amoroso, al mostrar cierta intimidad entre Catherine y John Thorpe, con la atracción por Henry Tilney de fondo. Aunque este baile es una adición del adaptador, la conversación que mantienen los dos personajes sí se corresponde con un diálogo de la novela, pero en vez de situarla en un paseo por las calles de Bath, como ocurre en el original, ha preferido ambientarla en un baile, contribuyendo así a la ambientación general de la historia y proporcionándole un tono algo más íntimo, aunque en realidad lo que logra es crear un fuerte contraste entre lo que debería ser un momento romántico y la rudeza con la que se expresa Mr. Thorpe.

La aparición del pretendiente de Eleanor y las explicaciones que Henry aporta a Catherine sobre este personaje también contribuyen de un modo significativo al desarrollo de la historia y a su ambientación. Nos muestran un lado de Eleanor que pasaría inadvertido de otra forma. También nos ponen sobre aviso de la actitud del general Tilney en lo referente a los matrimonios de sus hijos, y esto aporta credibilidad a su posterior reacción y también permite que veamos los temores de Catherine y las dudas de Henry al pensar en un posible compromiso entre ellos.

Por último, la breve referencia de Henry Tilney a “otras formas de vampirismo”, es un adelanto de su posterior explicación sobre los sufrimientos que su madre tuvo que soportar al verse utilizada por su padre, que tan solo se había casado con ella por su dinero. El adaptador ha querido introducir un elemento que brinde mayor consistencia a la historia y que aporte credibilidad a la actitud de los personajes.

En conclusión, podemos decir que estas adiciones tienen la doble finalidad de contribuir a la ambientación y coherencia del argumento de la película.

-Supresiones.

En este caso, no hemos incluido todos los ejemplos que se han hallado en el contraste de textos, sino solo los necesarios para ilustrar la actitud del adaptador.

Las razones que pueden haber motivado esta eliminación de elementos son varias. Por un lado tenemos la limitación temporal propia de una película. Serían necesarias muchas horas para poder reflejar fielmente todo el contenido de una novela de la extensión de Northanger Abbey y, como es lógico, esto no es planteable ya que iría en detrimento de la propia obra al hacerla difícilmente soportable para el público.

Pero no se trata solo de una cuestión temporal, sino que hay otros factores al menos igual de importantes. Como hemos visto en la parte introductoria de este primer bloque del presente estudio, el lenguaje del cine es distinto del literario y, por lo tanto, no se puede contar una película tal y como se cuenta una novela. Por esta razón, el guionista ha decidido omitir ciertos diálogos que podrían distraer la atención del público y apartarlo de la trama principal, que es la que tiene un mayor realce en la versión cinematográfica. Esto ha llevado consigo la omisión de varias conversaciones entre Catherine y Henry Tilney que, aunque son muy interesantes para el lector, resultarían poco naturales en la gran pantalla y ralentizarían en exceso el ritmo narrativo de la película.

Lo mismo ocurre con algunas intervenciones de otros personajes que en la novela logran mostrar, más aún, esculpir su personalidad. Una de las características más destacables de las novelas de Jane Austen es la maestría con la que esta autora logra caracterizar a sus personajes sin recurrir a largas descripciones. La autora de Northanger Abbey muestra la personalidad de aquellos que aparecen en sus novelas a través de sus palabras y su forma de expresarse. Aunque este tono individualizado y característico se ha mantenido en el guión cinematográfico, el adaptador ha preferido recortar enormemente las intervenciones de los personajes para no cansar a la audiencia, confiando en el poder de la imagen para sustituir a los extensos diálogos de la novela.

-Condensaciones.

Las razones que han llevado al adaptador a utilizar este recurso están relacionadas en parte con lo explicado en el apartado anterior.

Uno de los motivos por los que se han reducido diálogos, unificado escenas y acortado intervenciones es el tiempo. Como se ha dicho más arriba, el metraje de un filme es limitado y sobrepasarlo no solo implica un coste económico, sino también un riesgo para su éxito.

Pero no solo se trata de una cuestión de tiempo, sino que hay otros factores, aunque todos ellos relacionados con la atención del público.

Como se puede ver en los ejemplos ofrecidos, el adaptador ha optado por unificar aquellas escenas en las que existe alguna similitud, ya sea un paseo, una conversación entre los mismos interlocutores u otras situaciones que compartan un mismo entorno, o los mismos personajes. La razón que justifica esta estrategia es evitar aquellas repeticiones que puedan cansar o aburrir al público, y que de algún modo ralenticen el ritmo narrativo. Una novela puede permitirse algunas licencias que inducirían al fracaso en caso de respetarse en su versión cinematográfica.

Junto con estas razones, nos parece que en este caso el adaptador también ha decidido condensar los diálogos y escenas para mantener el tono ligero que impregna toda la película. Como se ha dicho anteriormente, existe un trasfondo irónico y de cierta comicidad tanto en la novela como en la película, que podría perderse en el caso de sobrecargar el guión con largas conversaciones o situaciones innecesarias. Lo importante es retratar convenientemente a la protagonista y permitir que la historia avance sin detenerse más de lo necesario.

-Redisposiciones.

Como se puede advertir en los ejemplos ofrecidos en el apartado anterior, las razones que han motivado la redisposición de algunos diálogos o situaciones son variadas.

Por una parte podríamos aludir a un motivo estético, la búsqueda de exteriores. En la novela, la mayor parte de los diálogos se sitúan en el interior de distintos edificios, ya sea la casa de uno de los protagonistas o los diversos salones de Bath. En la adaptación cinematográfica, el guionista ha decidido dotar a estas escenas de una mayor belleza, situándolas en parajes naturales, y también contribuir a la ambientación localizando algunos de los diálogos en las calles de Bath.

Otra de las razones, muy en relación con lo visto hasta ahora, podría ser el afán por simplificar y eliminar lo innecesario. Se adelantan situaciones, uniéndolas a otras o sustituyendo a las que le preceden para buscar una trama más simple y ágil. En alguna ocasión, se ha utilizado este recurso para despertar la curiosidad del espectador o adelantar algún detalle que capte la atención del público. Esto ocurre, por ejemplo, al mostrar a los hermanos Tilney antes de que sepamos quiénes son, y mucho antes de su aparición en la novela.

Por último, nos referiremos a dos ejemplos en los que se han redispuesto los acontecimientos con la finalidad de conferirles una mayor carga dramática, aunque en sentidos muy diferentes.

El primero sería el hecho de que en la película se sitúe la expulsión de Catherine y su viaje de regreso a Fullerton a medianoche, mientras que en la novela, aunque la llegada del general Tilney tiene lugar por la noche, Catherine no abandona la abadía hasta la mañana siguiente. Con esta variación, el guionista ha logrado aumentar la sensación de soledad de la protagonista y la crueldad con la que se le trata.

El segundo ejemplo, de índole muy diversa, es la llegada de Mr. Tilney a casa de los Morland. En la novela, es Mrs. Morland la primera en saludarlo y la escena tiene lugar en el interior de la casa. Sin embargo, al adaptar esta novela al cine, el guionista ha decidido crear un encuentro entre Catherine y Henry en el jardín de la casa, logrando una mayor carga romántica, que va subiendo de intensidad hasta llegar al final de la historia.

Variaciones en el discurso.

Voz narrativa.

-Narración adaptada en imágenes.

Lo propio del lenguaje cinematográfico es no contar con palabras lo que se pueda mostrar con imágenes, y por esta razón, es lógico que haya muchos momentos de la novela que se narran visualmente.

Los ejemplos ofrecidos se sitúan al inicio de la película y han sido seleccionados ya que en tan solo unos segundos, logran resumir varias páginas de la novela, logrando mantener el tono del original y aportando una gran cantidad de información al público sobre los personajes, el entorno y el ambiente sociocultural.

-Narración adaptada en diálogos.

En la adaptación cinematográfica de Northanger Abbey, podemos escuchar la voz de la narradora, en este caso Jane Austen, en un par de ocasiones: al principio y al final de la historia. Este recurso, que puede entenderse como un tributo a la versión original y a su autora, logra su propósito gracias a la brevedad de dichas intervenciones. La voz en off, que sustituye al narrador literario, puede ser una gran ayuda o convertirse en un lastre, dependiendo de la maestría con la que se utilice. Del mismo modo que es preferible no contar con palabras lo que se pueda mostrar con imágenes, podríamos decir que es mucho mejor que sean los personajes los que hablen y no un tercero, ya sea una voz en off o un narrador que participe en la historia.

En el caso de la adaptación que estamos analizando, podemos decir que los diálogos que se han introducido sustituyendo a partes narradas tienen la clara finalidad de agilizar la historia y conferirle un ritmo más ágil, a la vez que nos muestran el carácter de los personajes que suele reflejarse a través de sus palabras.

-Punto de vista.

Al leer una novela contada por un narrador omnisciente, como es el caso de Northanger Abbey, los lectores conocen los acontecimientos al ritmo que este narrador decide. Es él quien administra los tiempos y la información. Nuestras opiniones son en realidad sus opiniones, ya que el narrador suele intervenir juzgando a los personajes, ya sea a través de una valoración propia, o simplemente mostrando la información de un modo sesgado. Aunque esto también ocurre de algún modo al ver una película, también es cierto que el público cuenta con una mayor autonomía, ya que no conoce a los personajes a través del narrador sino que los ve actuar. Aun así, el guionista puede manipular a la audiencia creando malentendidos, despertando sospechas, provocando sorpresas, etc.

En la adaptación de Northanger Abbey podemos observar algunas variaciones en el discurso, destinadas a implicar emocionalmente al público, y a proporcionarle una mayor cercanía con los protagonistas. Por ejemplo, al crear un ligero y breve malentendido –inexistente en la novela- al mostrar a Eleanor Tilney junto a su hermano por primera vez, y haciéndonos creer a través de Catherine que esa joven podría ser su prometida, el guionista nos ha dejado entrever el incipiente enamoramiento de Mrs. Morland por ese joven caballero, y su primer desengaño, que se convertirá en alivio al creerlo comprometido y descubrir que no es así.

También se utilizan estos cambios en el punto de vista para dar mayor cohesión y credibilidad a la historia. Al contar con menos tiempo para presentarnos a los personajes y la trama en general, el guionista se ve obligado a introducir elementos que resuman las largas explicaciones que puede permitirse el escritor en sus novelas.

Entre los ejemplos escogidos en este apartado, vemos que hay varios que contribuyen a consolidar el nuevo enfoque aportado por el adaptador, y que se separa del de la novela en la que se basa la película. Una de las principales diferencias entre la novela y el guión cinematográfico de Northanger Abbey es que, en este último, se hace creer al público que la expulsión de la joven se debe a que el general ha tenido conocimiento de las sospechas que Catherine albergó en su mente, excesivamente fantasiosa, y que le implicaban en la muerte de Mrs. Tilney. Desde el primer momento, Catherine se muestra compungida y la oímos decir varias veces que todo es culpa suya. Este es un recurso escogido por el adaptador para acortar la historia y ofrecer una explicación lógica a los espectadores, que de otro modo se sentirían completamente desconcertados. Como hemos dicho anteriormente, en la novela esto no ocurre así, pero, a diferencia de la película, la autora cuenta con tiempo de sobra para aportar otros datos que hagan innecesaria una explicación como la del filme.

-Elementos descriptivos.

En Northanger Abbey encontramos continuas referencias a las novelas góticas, tan de moda en la época de la autora. De hecho, Jane Austen dotó a esta historia de una gran cantidad de elementos propios de las novelas góticas, con la finalidad de burlarse de este género y ejercitar su bien conocida ironía ridiculizando tanto a dichas novelas como a las personas que las leían.

El adaptador cinematográfico, consciente de esta intencionalidad de la autora, ha empleado varios recursos para mantener este tono crítico y burlón. El recurso que más ha utilizado ha sido la inclusión de distintos sueños de Catherine en los que la joven es representada como la protagonista de una novela gótica. La temática de estos sueños y los personajes que en ellos aparecen varían a lo largo de la historia, pero lo que se mantiene constante es la ambientación exageradamente lúgubre y malvada.

Como ya se ha comentado con anterioridad, el guionista también ha decidido erotizar ligeramente el tono de la novela, no solo a través de estos sueños, en los que se ve a una Catherine que en poco se parece a la muchacha inocente y candorosa que se muestra durante el resto de la película, sino también a través de las insinuaciones a la temática de las novelas y en una escena en la que se evidencia que Isabella y el capitán Tilney han mantenido relaciones sexuales. Este es un punto de vista que no encontramos en la novela, aunque seguramente a ojos del adaptador, se puede sobrentender dada la temática de las obras góticas en las que sí abundan este tipo de elementos.

En el apartado sobre reducciones hemos comentado que se habían simplificado muchos diálogos para reducir su duración y no distraer al público de la trama principal. Junto con eso, también habría que añadir que no solo se ha reducido la extensión de estos diálogos sino que de modo casi continuo se han reescrito, adaptándolos a una forma de expresión más actual, aunque manteniendo cierto tono del pasado. El objetivo es que el público se encuentre cómodo al ver la película, y no sienta el choque continuo que provocaría un lenguaje anticuado con unas estructuras que resultan extrañas al hablante actual.

Por último, queremos destacar un hecho que nos ha llamado la atención de manera especial. Como se puede ver en el ejemplo 4, al referirse a Mr. Allen, John Thorpe utiliza la expresión “rich as a Jew”, que al adaptarse al cine ha pasado a “rich as Croesus”. La razón que ha motivado este cambio parece ser sociocultural. Seguramente el adaptador no ha juzgado políticamente correcto mantener una expresión que puede entenderse como ofensiva para el pueblo judío y ha decidido sustituirla por una con el mismo sentido, pero sin riesgos de ningún tipo.

Conclusiones del análisis.

Como se adelantó al hablar de la metodología que se iba a seguir en el análisis, el objetivo de este último apartado es evaluar el grado de cortesía que el adaptador ha mantenido respecto a la novela original, y el resultado del proceso de reinterpretación y diálogo.

Respecto a primer punto, podemos decir que el guionista ha mantenido un grado alto de cortesía, o fidelidad al espíritu, como también se ha denominado esta actitud. Como se puede apreciar en los distintos ejemplos ofrecidos y en los comentarios que sobre ellos se han realizado, aunque ha habido una gran cantidad de variaciones tanto en la historia como en el discurso, la gran mayoría se han debido al cambio de lenguaje, es decir, a la necesidad de traducir el lenguaje literario en lenguaje cinematográfico. No se ha tratado de una modificación arbitraria o injustificada, sino de un proceso necesario para evitar que los elementos propios de un medio perjudicaran el resultado final. Es más, algunos de estos cambios, en concreto las adiciones de los sueños, tienen como finalidad respetar el tono de la novela que, de otro modo, podría haberse perdido, al menos en parte. Al pasar del lenguaje literario al cinematográfico, desaparece la voz del narrador –a excepción de las dos breves intervenciones ya mencionadas-, y esto lleva consigo una posible pérdida de intencionalidad que el adaptador ha tratado de subsanar con otros recursos.

También encontramos algunos cambios en los personajes, no solo en su forma de ser, sino también en el protagonismo que se les otorga en una versión u otra. Por ejemplo, las apariciones del general Tilney son mucho menos numerosas en la película que en la novela, y por esta razón, su carácter queda tan solo esbozado en el filme. Lo mismo ocurre con otros personajes que aparecen tan solo unos momentos o incluso son eliminados. Pero, una vez más, podríamos decir que esto son “necesidades del guión”, y no denotan una falta de respeto hacia el texto original. Como se explicó al introducir el término “cortesía”, esta actitud no implica sumisión por parte del adaptador, que cuenta con total libertad para tomar los elementos que considere oportunos y cambiar lo que haga falta para lograr su objetivo, pero siempre con una actitud de respeto hacia la obra que le sirve de inspiración.

Continuando con las conclusiones del análisis, vamos a abordar ahora las consecuencias del proceso de reinterpretación y diálogo, que en realidad son un elemento más de la cortesía del adaptador hacia el autor de la novela.

Podemos encontrar una clara muestra de este reinterpretación en el hecho de que el guionista haya decidido variar ligeramente el tono, haciéndolo más actual y provocativo, tanto a través de las variaciones introducidas en los diálogos, como por la actitud de algunos personajes. También se ve la intervención del adaptador en la parte final de la novela, en la que se simplifica el desenlace, haciendo creer a los espectadores que el malestar del general Tilney se debe tan solo a las elucubraciones de Catherine. Las redisposiciones y los demás recursos utilizados a lo largo del proceso de adaptación, contribuyen a lograr el objetivo del guionista, que ha pretendido crear una obra ágil, divertida, con fuertes referentes culturales, ambientada en una época muy determinada, pero haciéndola asequible y cercana al público del siglo XXI. Fiel al espíritu de la obra de Jane Austen, que ofrece una visión crítica e irónica de las novelas góticas y sus efectos en las jovencitas, a la vez que continúa con su costumbre de mostrar las carencias, los contrasentidos, la hipocresía y los estereotipos de la sociedad en la que vivió. Y, sin dejar de ser fiel al espíritu de la novela, también se trata de una obra innovadora en algunos aspectos, que no ha dudado en descartar todo aquello que pudiera ser un lastre y en adoptar las formas propias de su modo de expresión.

-Por Miguel Ángel Jordán

Introducción por Elena Truan

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